lunes, 16 de febrero de 2009

Ejercicio camuflado

No me gusta pensar que estoy haciendo ejercicio; sé que es bueno para la salud y todo eso, pero me da cargo de conciencia pensar que podría estar lavando los platos que se amontonan en la cocina o que debería estar leyendo algo o que debería estar pasando tiempo con el novio o el bebé. Para que esto funcione sólo me queda hacer ejercicio camuflado. Ordeno y limpio la casa frenéticamente, me muevo mucho para desplazarme, cuando subo las escaleras trato de estar bien cargada para que me cueste más y todos los panoramas familiosos tienen que ser afuera Y SIN AUTO! aparte después de que mi hijo cena, salimos a caminar (él de la mano, porque o si no se cae).
Me recuerda algo que escuché no me acuerdo dónde y que me doy cuenta que es tan cierto.
Las mujeres vivimos con culpa: si me va bien en la universidad siento que soy una madre ausente, si paso mucho tiempo con mi hijo siento que estoy descuidando la universidad, si no atiendo a mi novio, siento que soy mala pareja, pero si lo atiendo mucho siento que me estoy descuidando a mí. Con razón estoy tan gorda, no sé como lo hacen las flacas para vivir con la culpa y no refugiarse en una dona con glaseado y rellena de manjar.

Seguir tomando agua, haciéndo ejercicio y cubríendome con un saco de papas.

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